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Las tácticas predatorias de las “fábricas de ensayos”

Las fábricas de ensayos ponen en peligro el pensamiento original y erosionan la integridad en las instituciones

Audrey Campbell
Audrey Campbell

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Los educadores cada vez toman más conciencia sobre las malas conductas académicas, sin embargo, las llamadas “fábricas de ensayos” —sitios web que ofrecen servicios de elaboración de trabajos— están redoblando sus esfuerzos para ampliar su alcance, utilizando tácticas predatorias dirigidas a estudiantes estresados y vulnerables.

Ante esta problemática, y con el objetivo de que los educadores puedan mitigar su alcance, es importante comprender cómo se promocionan entre los estudiantes. También es esencial que los educadores apoyen a los estudiantes en todo su camino de aprendizaje y los ayuden a sentirse valorados para volverlos menos vulnerables ante estas estrategias.

Aquí presentamos algunas de las formas en las que las fábricas de ensayos se presentan como una "ayuda" en entornos educativos de todo el mundo.

Se promocionan como un apoyo a la escritura. Bajo el pretexto de ser un "apoyo a la redacción", las fábricas de ensayo dan la falsa impresión de estar ayudando a los estudiantes en sus dificultades. Estas compañías se definen como "servicios de asistencia" para parecer "proveedores confiables" de material que los estudiantes pueden usar para mejorar su propia escritura. Algunas afirman proporcionar "miles y miles de documentos gratuitos" que los estudiantes pueden usar "como base para sus propios trabajos".

Los estudiantes vulnerables pueden sentirse atraídos por el tono empático de los promocionales, pero este tono tranquilizador es, de hecho, engañoso: lo que no se menciona es que esos materiales son en realidad ensayos desarrollados por escritores fantasma que luego los estudiantes presentan como trabajos propios. Recurrir a fábricas de ensayo es una forma de mala conducta académica; por lo tanto, estos servicios en última instancia subvierten el aprendizaje auténtico y no ayudan realmente a los estudiantes que buscan apoyo para mejorar su escritura.

Lo que los estudiantes necesitan en estas situaciones son recursos legítimos, respaldados por educadores con empatía que realmente identifiquen su potencial y empleen circuitos de retroalimentación para guiarlos en la mejora de su escritura.

Las fábricas de ensayos están disponibles justo donde los estudiantes se congregan en línea. Además de tener una fuerte presencia en las redes sociales, muchas fábricas de ensayos están invirtiendo en anuncios en una variedad de canales, manteniendo la fachada de que brindan servicios legítimos. De hecho, las investigaciones recientes sugieren que estas empresas usan herramientas de automatización en los canales de redes sociales como Twitter con el objetivo de generar clientes potenciales específicos a su área temática.

Estos anuncios pagados incluyen a varias empresas que ofrecen "muestras de ensayos gratuitas elaboradas por expertos" para descargar. Por ejemplo, este artículo patrocinado se jacta de reseñar los "tres mejores servicios profesionales de escritura académica para ayudarte en la universidad" y emplea estratégicamente un lenguaje positivo para normalizar el uso de las fábricas de ensayos como recurso de escritura, afirmando:

“Los usos prácticos de este sitio web único incluyen la detección de nuevos temas e ideas de presentación de contenido, la creación de un esquema para tu texto y el descubrimiento de nuevas fuentes para tu trabajo a través de muestras relevantes. El prestigio de la empresa se basa en crear un recurso donde los estudiantes pueden encontrar los mejores ejemplos de escritura para aprender sin violar ningún punto del código de integridad académica” .

Mediante la publicidad en línea en sitios locales y regionales, estas fábricas de ensayos se posicionan como un recurso de escritura respetable.

También se presentan como un aliado académico para los profesionales de la investigación. La frase "publicar o perecer" aún tiene peso para muchos académicos en todo el mundo. Cuando se trata de la búsqueda de un ascenso, o de la reputación de una institución o, en algunos casos extremos, simplemente de mantener un puesto de trabajo, la presión por publicar suele ser tan grande que muchos buscan apoyo incluso por fuera de las normas.

La doctora Anna Abalkina, cuyo trabajo en la Universidad Libre de Berlín se enfoca en el fraude académico, observó un aumento en el uso de fábricas de ensayos a nivel editorial y afirmó que "el comercio de artículos de revistas escritos por escritores fantasma está creciendo rápidamente a medida que los académicos que buscaban publicar a cualquier costo se alejaron de las revistas de baja calidad y buscaron empresas que les garantizaban la publicación en medios reconocidos".

En lugar de simplemente escribir un artículo a un precio alto, estas empresas de redacción fantasma ofrecen una oportunidad de "coautoría" para aquellos que necesitan tener su firma en una revista académica. “Muchos académicos [están] recurriendo a empresas como International Publisher LLC, que ofrece la oportunidad de convertirse en coautor de un manuscrito que ya ha sido aceptado para su publicación en una revista”, explicó Abalkina.

Estos artículos utilizan materiales plagiados de tesis doctorales en idiomas extranjeros o de revistas especializadas que luego se traducen al inglés y se cobran por encima de los 5,000 euros por una primera autoría en una revista con cierto prestigio. Así, las personas que no comprenden el verdadero costo del fraude académico y cómo éste vulnera la integridad académica pueden sentirse tentadas por esta “oportunidad” de publicar. En lugar de ayudar a facilitar la innovación y compartir nuevas ideas, estas fábricas perpetúan el ciclo de deshonestidad académica. Las consecuencias son vastas y el impacto de esta mala conducta es inconmensurable: para el académico, esto puede derivar en el rechazo por parte de su comunidad; a la institución le puede costar un escándalo y un impacto en su reputación; y la difusión de dichos artículos puede poner en peligro la veracidad y la integridad general de una investigación.

Además, estas fábricas se definen a sí mismas como "libres de plagio". En esta publicación, por ejemplo, se habla de una “opción gratuita y en español del Turnitin”. En el artículo se busca colocar a la empresa como una entidad que respeta la integridad académica. Se enfatiza “la importancia del software antiplagio” e incluso se reconoce que es un delito apropiarse de la propiedad intelectual de otros. Afirma ofrecer una opción en español completamente gratis para garantizar la originalidad, y detalla cómo Ayuda Universitaria escanea internet en busca de coincidencias para detectar el plagio.

Sin embargo, al visitar el sitio web mencionado, queda claro de inmediato que, además de la supuesta “verificación de plagio”, hay más servicios disponibles. Uno puede seleccionar qué tipo de proyecto necesita, el costo de ese proyecto, leer reseñas/calificaciones y hasta comprar un artículo. Al utilizar palabras de búsqueda clave como "software de plagio" y "Turnitin", esta empresa no solo atrae estratégicamente a víctimas potenciales a su sitio web, sino que también busca posicionarse como una solución de integridad asequible. Y aunque los artículos de las fábricas de ensayos podrían en teoría estar libres de plagio (si el redactor contratado no copió contenido), los estudiantes o investigadores que contratan a estas empresas están incurriendo de cualquier forma en fraude académico.

Ya sea presentándose como una "ayuda" o simplemente tergiversando sus ofertas para atraer a estudiantes y académicos necesitados, estas fábricas de ensayos siguen representando un negocio lucrativo. Cobran una tarifa y venden oportunidades incurriendo en una mala conducta clara: un individuo contrata a un tercero para elaborar un trabajo que luego presentará como propio. Especialmente en el entorno de la educación a distancia o híbrida, es esencial que los estudiantes, docentes y líderes educativos comprendan el impacto que estas fábricas de ensayos tienen para la integridad académica y puedan diferenciar entre ofertas de dudosa reputación y recursos legítimos para respaldar su proceso de escritura.

En pocas palabras: las fábricas de ensayos ponen en peligro el pensamiento original y erosionan la integridad en las instituciones.